Cada uno de nosotros es un alma en viaje, una chispa infinita de vida con un potencial tan grande que a veces cuesta imaginarlo. Sin embargo, muchas veces sentimos que algo nos frena. Nos descubrimos atrapados en pensamientos que nos dice al oído: “No puedo”, “No merezco”, “Esto es lo que hay para mí”.
Esas voces no hablan desde tu esencia. Vienen de miedos heredados, de experiencias pasadas, de un ego que solo busca protegerte… pero que termina levantando muros. La verdad es que tu eres mucho más que esas creencias. Detrás de cada nube de duda, sigue estando tu cielo infinito, intacto, luminoso y abierto.
¿Qué son las creencias limitantes?
Son como pequeñas sombras que aprendimos a creer en algún momento de la vida. Quizá vinieron de tu infancia, de la cultura, de frases que escuchaste tantas veces que parecieron volverse verdad.
Aparecen disfrazadas de pensamientos como:
“No soy suficiente.”
“El éxito no es para mí.”
“No puedo cambiar.”
Pero ninguna de estas frases es real. Ninguna refleja quién eres en esencia. Son solo velos que, cuando se caen, dejan a la vista tu verdadero ser: luminoso, poderoso, abundante.
“Detrás de cada nube de duda, sigue estando tu cielo infinito, intacto y luminoso.”
Cómo empezar a trascenderlas
Sanar las creencias limitantes no es pelear con la mente. Es un despertar suave, un recordar. Te comparto algunos pasos:
1. Observa sin entrar en el juego
Cuando un pensamiento limitante aparezca, no lo abraces como verdad. Míralo con curiosidad y pregúntate: “¿Esto es realmente mío? ¿O lo tomé prestado de alguien más?”
2. Recuerda tu esencia
Más allá de los miedos, tú eres luz, eres vida, eres creación. Puedes repetir afirmaciones que te devuelvan a casa:
“Soy merecedor de lo bueno.”
“El universo fluye a través de mí.”
“Cada día me acerco más a mi propósito.”
3. Entrega lo que ya no te pertenece
Si una creencia pesa demasiado, no luches con ella. Imagínala como una hoja seca que se suelta y flota en el agua. Deja que la corriente se la lleve. Siente la paz de saber que ya no es tuya.
4. Da pequeños pasos con fe
El universo responde a la acción. No esperes sentirte “totalmente listo”. Con dar un paso fuera de tu zona cómoda, la energía empieza a moverse. Cada acto consciente le quita poder a la limitación.
5. Elegí rodearte de lo que eleva
Personas, lugares, prácticas… todo lo que te nutre en el alma ayuda a mantener tu vibración alta. Un paseo en la naturaleza, agradecer antes de dormir, encender una vela y respirar profundo… son recordatorios de que nunca estás solo.
Conclusión: Eres más de lo que crees
Las creencias limitantes solo existen si les das tu energía. No eres esas voces. Eres un alma libre, infinita y profundamente amada por la vida.
No se trata de preguntarte si puedes, porque claro que puedes.
“No eres tus pensamientos: eres el alma infinita que los observa.”
La verdadera pregunta es:
¿Estás dispuesto a creer en ti mismo y abrirte a todo lo que mereces?